El blog infalible

Ayer tuve ocasión de darme cuenta de un hecho que, en mi corta experiencia como blogger, me había pasado desapercibido. Ya sospechaba que un blog suele ser usado como medio para dar rienda suelta a nuestro narcisismo, lo que no tenía tan claro es que una bonita forma de potenciar este efecto es hacer creer a los lectores que uno es infalible. Para ello, nada mejor que, una vez expresada una opinión y marcada una postura, ignorar por completo cualquier otra opinión que ponga en entredicho la nuestra.
Como decía, ayer estuve leyendo los blogs publicados en Planeta Teleco, cuando me encontré con un comentario de Carlos Álamo, el cual, por circunstancias de la vida, trataba sobre un tema que me pillaba muy cercano. En este post, Carlos partía de un par de premisas que yo sabía que eran falsas, para llegar a unas conclusiones precipitadas y erróneas. Así pues, le dejé un comentario a su post en el que le explicaba (creo que con unas formas suficientemente educadas) las pruebas que tengo sobre su error, y por qué creía que su razonamiento era incorrecto. Pero, oh sorpresa, me encuentro con que las opiniones en este blog está moderadas y no se publican automáticamente. Y, oh sorpresa mayor, un día después, hay otros comentarios y el mío no. ¿Es casualidad que la opinión discrepante haya sido directamente reenviada a la papelera?
En fin, cada cual es muy libre de llevar su blog como mejor le parezca, tanto si es facilitando el debate de las ideas expuestas, como si se hace mera exposición y adulación de las opiniones del blogger. Yo, por mi parte, tengo muy claro lo que prefiero en el mío.