28 septiembre 2006

A por el segundo

Últimamente parece que los comentarios que hago de índole personal tienen mucho menos éxito que los de política. Sin embargo, dadas las ganas que tengo de contarlo, no me voy a morder la lengua.
Bueno, pues lo del título es literal: ¡¡mi mujer y yo estamos embarazados (ella más que yo) de nuestro segundo hijo!! Si todo va bien, para mediados o finales de abril nacerá el hermanito o la hermanita de Paula. De momento se lo ha tomado con mucha ilusión y está todo el día hablando del bebé... ya veremos cuando nazca si le sigue haciendo tanta gracia.

Ésta es la ecografía que nos han hecho hoy. Para los que no estén iniciados en el sutil arte de la interpretación de ecografías, he marcado en fucsia (?) la medida de la altura (¿longitud?) del bebé... 44 milímetros (no está mal, considerando que hace 10 días medía sólo 27). Por cierto, ésta era la eco de la semana 12 (qué callado me lo tenía!), y nos han dicho que el pliegue nucal está perfecto, así que no vamos a hacer ni triple screening, ni amniocentesis ni nada de nada.
Bueno, pues eso es todo; ya os iré contando como va yendo... ¡¡¡hasta luego!!!

25 septiembre 2006

Rubianes y la CEE

No deja de sorprenderme lo sumisamente que ha aceptado la Conferencia Episcopal el nuevo acuerdo de financiación propuesto en el Consejo de Ministros del pasado viernes. A priori, hubiera supuesto que la aceptación se debía a una cuestión puramente pragmática: la Iglesia ha calculado que ese 0,2% cubre sobradamente lo que deja de ingresar por la dotación directa del Estado.
Sin embargo, consultando los datos y haciendo números, no me cuadra esta suposición: en el 2005, el Estado pagó a la Iglesia 141,5 M€ (la M es de mega) en concepto de dotación directa, y 128,7 M€ más por aportaciones de contribuyentes. Es decir, que si se mantiene el nivel de contribuyentes que marcan la famosa casilla de la declaración, el año que viene la Iglesia cobrará sólo 180,2 M€ (es decir, 90 M€ menos que este año).
Así que aquí viene la pregunta del millón... ¿por qué ha aceptado sin rechistar la Iglesia dejar de ganar 90 millones al año? La respuesta que se me ocurre tiene mucho que ver con la actitud que mantiene ese sector ultraderechista alimentado precisamente desde la emisora propiedad de la Conferencia Episcopal.
En efecto, recordemos que hace menos de un mes, el entorno cavernario abanderado por J.Lo (no, no es Jennifer López) ladró, insultó y amenazó hasta que consiguió eliminar de la cartelera la obra de teatro "Lorca éramos todos" de Pepe Rubianes, debido a las interpretables declaraciones de éste último unos meses atrás en TV3. En todo el cúmulo de despropósitos, descalificaciones y propaganda que pudimos leer aquellos días en cientos de foros, había una frase que destacaba especialmente:

No se escupe en el plato en que se come.

Supongo que esta frase, aplicada inicialmente a Rubianes, ha calado hondo en la propia CEE, por lo que ha decidido agachar las orejas y no tensar más la cuerda de las relaciones con el Gobierno (montando otra Rave Party con Rouco a la cabeza). Al fin y al cabo, ¿quién da de comer a la Iglesia? ¿O es que cae maná del Cielo?

Archivado en: El Sol Grueso, Palabra de San Jabber

20 septiembre 2006

Str Con Dex Int Wis Cha

Ay... escribo este post aquejado de un grave ataque de nostalgia repentina. Hace un rato, vía Las Penas del Agente Smith, he dado con el blog de Algernon, y leyendo leyendo, he dado con este post de evocador título: Cuando era un crío mataba orcos.
Pues sí, lo reconozco, yo también mataba orcos (y hobgoblins, cthonians o lo que se pusiera a tiro) de crío (o no tan crío). Creo que todo empezó gracias a la afición desmesurada de un gran amigo del colegio por los cómics, que nos hacía pasarnos las horas muertas en la diminuta tienda que era la antigua Arte-9 a finales de los 80. La tienda tenía una pequeña sección dedicada a juegos de mesa y rol, por la que muy poca gente se interesaba en aquella época y que tenía cierto atractivo misterioso. Poco a poco, nos fue entrando curiosidad hasta que conseguimos una copia (por lo que recuerdo, los libros de rol siempre se han fotocopiado, ¿verdad?) del clásico Dungeons&Dragons Básico. Aquello fue un descubrimiento: yo ya era aficionado a la literatura fantástica (Tolkien, Dragonlance) y tenía ya una curiosa colección de los libros de "Elige tu propia aventura - AD&D" y otros librojuegos que publicaba en aquel entonces Timun Mas, por lo que el mundillo del Dungeons me era mucho más que familiar.
Lo que más tengo que agradecerle a aquella época fue que, curiosamente, conseguí un nivel de inglés que no hubiera obtenido nunca en el colegio. Resulta que el famoso D&D Básico apenas daba para jugar un mes, porque en seguida llevabas a tus personajes hasta nivel 3 y ahí te sugerían que te compraras el siguiente set: D&D Expert (sólo editado en inglés y válido únicamente hasta nivel 10, me parece). Capitalismo en estado puro: te iban creando necesidades y ellos mismos te suplían. Afortunadamente, había algo de lo que algunos entendidos hablaban en corrillos: el D&D Avanzado. Reglas inmutables. Niveles inagotables. Campañas de todo tipo. Centenares de criaturas inefables con las que enfrentarse. Todo lo que un rolero adolescente en ciernes puede desear.

Pronto nos convertimos en roleros avezados y, aunque a ninguno se nos ocurrió comprarnos una katana y/o apuñalar a gente por la noche, comenzamos a tontear con las decenas de juego que comenzaron a publicarse en España a rebufo del D&D: RuneQuest, La llamada de Cthulhu (ah, Lovecraft, ese genio), Star Wars, El Señor de los Anillos (y el juego progenitor e injugable: RoleMaster). También probamos otros juegos más cercanos a la estrategia, como Warhammer y el desternillante BloodBowl, aunque el número de juegos nuevos que aparecían al cabo del año era tan elevado, que hacía imposible seguirlos todos.
Además, y para regocijo del grupito que nos juntábamos, a mí me encantaba hacer de Master... no sé si sería por la sensación de poder omnímodo (ja!) o simplemente porque me parecía el papel más interesante de todos, el caso es que, si podía ser yo el Master lo prefería (y si no, llevaba un enano, ji ji).
En fin, una afición como otra cualquiera, que fue pasando poco a poco... creo que la última vez que jugué una partida fue en 2º de carrera con algunos compañeros tan o más freaks que yo (de hecho, hoy en día, uno de ellos sigue empeñado en enseñarme a jugar al Munchkin!). El caso es que el post de Algernon me ha hecho recordar todo esto y me he decidido a difundir el meme que propone:

Bueno, ¿y vosotros? ¿Cuándo empezásteis? ¿Y cómo?

¿Os animáis?

14 septiembre 2006

Unas veces se acierta y otras no

Si hay algo que me pareció realmente jactancioso de la entrevista que le concedió ayer Mariano Rajoy a Iñaki Gabilondo fue esta frase con la que he titulado el post.
La soltó el primero yo diría que un poco apresuradamente, y casi pasó desapercibida debido al ritmo acelerado de la entrevista y al calor del debate que en esos momentos iba en aumento. Estaban hablando sobre la postura del PP ante el 11-M, y sobre la teoría de la conspiración alentada por algunos medios, cuando Rajoy empezó a hablar (cómo no, y juraría que por segunda vez) sobre el GAL y Roldán, y de cómo los españoles nos habíamos enterado de estos casos gracias a la prensa, aunque (y refiriéndose al 11-M) "unas veces se acierta y otras no".
¿Qué quiere esto decir exactamente? ¿Que El Mundo (y medios afines) se encuentra legitimado para escribir sobre cualquier fantasía y que tiene derecho a equivocarse? ¿Dónde queda la credibilidad periodística entonces?
Pero la credibilidad del diario El Mundo hace tiempo que es más que dudosa, sobre todo en las últimas semanas en las que ha completado su delirante teoría con una saga inventada, a golpe de talonario, por el criminal que se enfrenta a la mayor condena por el 11-M (y enfermo mental para más señas).
Ayer, durante la tormenta política y mediática desatada por esa información desvelada en El País, Zaplana se quejaba (creo que en Antena-3) de que hubiera sido Rubalcaba el que había filtrado la información, en lugar de presentarla abiertamente en la sesión de control al Gobierno celebrada ayer tarde. La verdad es que, visto el cariz que está tomando todo este asunto, creo que filtrar este tipo de informaciones a la prensa es lo mejor que puede hacer el Gobierno. De este modo, deja claro un mensaje: "Vuestras teorías conspiradoras nos parecen tan poco dignas de consideración, que ni siquiera las vamos a tomar lo suficientemente en serio como para centrar en ellas nuestra agenda política". Sé que hay mucha gente harta de aguantar las burdas manipulaciones de Pedro J, Losantos, del Pino y demás Peones Negros, y que están deseando que la fiscalía actúe de oficio contra tamaña sarta de difamaciones, libelos y mentiras; no obstante, creo que la posición eminentemente pragmática de Gobierno y PSOE es la correcta: ¿de verdad queremos llevar a esta gentuza ante la Justicia, para que los medios que controlan los conviertan en mártires, en campeones de la libertad de expresión o alguna otra gilipollez? No, es mucho mejor dejarles que sigan regodeándose en su mierda mientras puedan, hasta que el batacazo que se peguen cuando su globo se desinfle no les deje volver a levantarse.
Con un poco de suerte, cuando esto suceda, también habrá una buena purga en el PP y tendrán que hacer mutis por el foro los voceros que están jaleando esta farsa: Zaplana (que ayer siguió machaconamente enfrentándose a Rubalcaba en el Congreso), del Burgo (y el libro que ha escrito con los cuentos de Zouhier y Trashorras) o Martínez-Pujalte (histriónico y rabioso ayer al mediodía en la Cadena SER, mientras repetía sin cesar "¡Rubalcaba miente, Rubalcaba miente!"). Ayer lo dijo muy clarito también Rajoy: "Si alguien ha acusado de la autoría del 11-M al PSOE o a los servicios secretos, ese alguien no puede estar en mi partido". Esperemos que lo cumpla.