A estas alturas, supongo que habrá poca gente que no conozca la tira cómica Bunsen, del dibujante mexicano Jorge Pinto. Cada semana nos deleita con tres nuevas entregas de las peripecias del despreciable Dr. Adel Ortega, profesor de ¿biología? en alguna universidad mexicana, vago redomado, nerd a tiempo completo y socialmente disfuncional. Le acompañan una serie de personajes que, aunque no le llegan a la suela del zapato, complementan muchas de las tiras y permiten que Adel se comporte tal como es: su colega de laboratorio el Dr. Víctor Arroyo, la becaria, la rata, los monos...
Precisamente hace unas cuantas tiras, uno de los monos decidió convertirse él mismo en doctor por la vía de los hechos (aquí), convirtiéndose por un tiempo en el Dr. Mono, tan inútil como sus dos mentores, pero tal vez más carismático:
Afortunadamente, la historia del Dr. Mono no se quedó ahí y tres meses después, con motivo de las elecciones federales a la Cámara de Diputados de México celebradas el pasado domingo, Jorge Pinto ha desempolvado a este inclasificable personaje.
En un alarde de disidencia contra el conformismo institucional y una buena dosis de mala leche, Pinto publicó la semana pasada este post en su blog: Una modesta proposición. En ella, sin promover explícitamente al voto nulo, postulaba al Dr. Mono como candidato alternativo frente al "más de lo mismo".
¿Resultado? Pues obviamente, no ganó el Dr. Mono, ni siquiera consiguió un escaño. Pero sí logró captar la atención de los medios locales (La Opción de Chihuahua, Excelsior, Milenio) y un buen número de votos de jóvenes inconformistas, tal y como relata el mismo Pinto en su última entrada.
Como conclusión obvia que puede extraerse de esta historia estaría el creciente impacto de la web 2.0 en la sociedad y bla bla bla, conclusiones que dejo a los gurús que ya se han encargado de hablar del tema cuando Obama™, Irán, etc... Pero yo me pregunto qué impacto podría tener una campaña de ciber-disidencia como esta en España. La verdad es que no me acaban de agradar las llamadas al voto nulo, principalmente porque no sirven para nada, y por la experiencia que tenemos aquí de que algunos hijos de puta aprovechen para colgarse medallas que no les corresponden. En cualquier caso, en España también tenemos una buena dosis de inconformismo político entre la juventud, agravada por el deprimente bipartidismo que azota buena parte de nuestra geografía, la decepcionante actuación de los gobiernos presuntamente progresistas o los vergonzosos tejemanejes de los gobiernos abiertamente neocon.
Cierto que en otras ocasiones han surgido campañas con un cierto aire ciber-activista, como la del genial Oreja Mayor en las últimas elecciones europeas, o directamente humorísticas, como la campaña pro Mauricio Colmenero cuando las primarias del PP, pero tal vez ayude a sacar de su ensimismamiento a los políticos una buena bofetada de realidad si un candidato ficticio les hiciera un poquito de sombra.
No sé... ¿qué tal si rescatamos al #SrBarragan?
1 comentarios:
Yo era de esos pocos indocumentados que no lo conocían, así que gracias.
Borcierdo, me recuerda un poco a Darío Adanti.
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