Tal vez loa antiguos del lugar recuerden aquel post épico de hace un par de años, en el que relataba la chanante colección de mierdas varias que nos habían regalado nuestros queridos y nunca suficientemente correspondidos vecinos Los-Chinos-Del-Cuarto con motivo de las fiestas navideñas. El año pasado, por no repetirme, os ahorré las fotos de los regalos correspondientes, pero os puedo asegurar que el percal era similar.
Este año, para no ser menos, ha vuelto a haber regalo, y esta vez sí que tengo que contarlo. En esta ocasión, la China-reina, la única que permanece con los años, mientras los chinos-obreros (y chinas-obreras, perdone Ministra) cambian constantemente, se plantó ayer a la puerta de casa con una bolsa sospechosa que me endosó con el tradicional:
Pues bien, he aquí la bolsa famosa:Que, una vez abierta, contenía gran cantidad de movidas:Las cuales me he atrevido a clasificar:
b) BombonesPor un lado una de esas cajas de bombones con forma de animales marinos (aunque la marca DIA aporta más de una duda sobre el origen presuntamente belga), y por otro, una caja de bombones de licor de cuyo nombre no quiero acordarme. Las fechas de caducidad, OK.
b) Monedero infantil extra-repipiBordado con una especie de Doraemon bicéfalo y con un osito de plástico rosa imitando cristal tallado al que le falta una oreja. Parece insuperable, pero no.
c) Peluche 1Un perrillo de inofensivo. Podría haber sido más dañino, ya que lleva dentro un mecanismo musical que, gracias a Cthulhu, no funciona. Lleva ventosa, detalle importante.
d) Peluche 2Este otro perro ya sí que es directamente sórdido: verde, con sombrero, con corbata, y con una melodía de esas que has oído en alguna parte y no sabes dónde pero, oh, ya no te puedes sacar de la cabeza, interpretada por un primate inferior con un sintetizador digital. Ni me he atrevido a sacarlo de la bolsa.
Calcetines de niño, multicolores y con muñequitos vagamente orientales, calcetines monotalla más asépticos pero igualmente vergonzantes y un par de leotardos de rayas estridentes de 152 y 164 cm respectivamente. Mi hija mayor apenas si supera el metro de altura, así que poco uso les podría dar. Me cuesta además pensar en qué clase de niña de 1'52 de alto (¡o 1'64!) se atrevería a aparecer en público con semejante esperpento. Alguna mamarracha.
a) Pez articuladoExtravagante ejemplar de Carassius auratus, tallado en madera y con ingenioso mecanismo de articulación, gracias al cual el pez parece haber sido cocinado a la parrilla. Además de feo, es desagradable al tacto, farragoso de manejar y un arma en potencia en manos de una niña de año y medio.
Lo que me asusta es pensar que este podría ser el equivalente oriental a nuestro toro y nuestra flamenca.
b) La caja sorpresaOh, y finalmente una caja alargada cuyo contenido podría ser alguna bella muestra de artesanía del Lejano Oriente, una réplica de una espada corta de un miliciano Fu-ping, un paipai con un bonito diseño de ki-rin.... ¡pues no! Dentro de la caja y, contra todo pronóstico, lo que había dentro era:¡Otro espantoso animal articulado a juego con el pez de antes! O_o
Y así acaba esta nueva exhibición de regalos de pésimo gusto. El año que viene, no me cabe duda, más.
¡Felis año nevo!
3 comentarios:
Me veo obligado a discrepar... ¡El cucudrulo articulado ése son horas de diversión! ¡No pude soltarlo en todo un fin de semana!
Descacharrante. Es como si hubieras ido a quince restaurantes chinos a la vez para recopilar todas las ñordas que "regalan" en acercándose al año nuevo (recuerdo cierto combinado coche de juguete-encendedor que parecía diseñado para que tus hijos quemaran alegremente la casa...)
A todo esto, feliz año nuevo.
Pues a mí el pez y el cocodrílo me parecen geniales. De hecho yo tengo una serpiente articulada a la que llamamos Trasto y es de lo más relajante.
¿Para cuando un post con los estupendos regalos con los que vusotros agasajáis a los chinos del 4º?
eh? eh?
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