26 enero 2009

Si hay que blasfemar, se blasfema

Que conste en mi descargo que yo tenía medio preparado un post que se iba a titular "Nosotros, los ateos", en el que había empezado a desgranar los motivos por los que la famosa historia de la publicidad atea en los autobuses (que se estrenan mañana, por cierto) me provocaba cierto recelo.
Para mí, el ateísmo es una mera conclusión lógica del pensamiento crítico: unos sólidos conocimientos científicos y toda la parafernalia teísta se desmorona como un castillo de naipes. Dioses, ¿pa qué? Por lo tanto, opino que el ateísmo es, por definición, personal y antidogmático, y no se puede imponer; todo lo más, se puede trazar el camino. La difusión de una tosca campaña publicitaria, elaborada deprisa y corriendo a rebufo de la idea original británica, se me antoja más cercana al proselitismo que a la educación.
En definitiva, no me gusta en su fondo, pero tampoco en sus formas, porque el lema de la campaña me parece, por decirlo llanamente, tonto. Puedo entender que lo del "probablemente" tuviera sentido en Reino Unido, donde a priori puedes confiar en los buenos modales de tu interlocutor. En España, donde el saber estar es la gran asignatura pendiente de la vida pública, no sé para qué se molestaron en descafeinar la obviedad atea ("Dios NO existe"), ya que era evidente que iban a salir los perros a ladrar en cualquier caso. Como así ha sido.
Decía, pues, al principio, que tenía pensado escribir otra cosa, pero mira por dónde, tuvo que salir de entre todos los mamporreros que han dicho necedades respecto a este asunto, el bocachancla que se cree ungido para hablar con más legitimidad que nadie en este país. Creo que puedo afirmar, sin lugar a dudas, que, exiliado el hombre del bigote insufrible a Yorchtaun, no hay nadie en España que me caiga peor que Rouco Varela. Probablemente haya gente más tonta, más repugnante y/o más despreciable, pero el hombre que mejor maneja la hipocresía como arma arrojadiza, el hombre capaz de defender una cosa y la contraria en la misma frase, el hombre que solo reconoce derechos para sus compañeros de secta, pero no para los que no comulgamos con sus ruedas de molino, ese hombre es Rouco Varela.
Antonio María El Hipócrita, sin duda añorando los tiempos en los que
un cardenal disfrutaba de un poder dictatorial sobre sus parroquianos, se ha arrancado la careta de cuajo y nos ha dejado bien clarito lo que opina de la Democracia y el Estado de Derecho. La Libertad de Expresión, ese mal que aqueja a España desde hace treinta y pico años, debería ser, dice, tutelada (por él mismo o por un testaferro, me imagino), para evitar que a los ciudadanos se les menosprecie y ataque en la convicción de su fe. Así que sugerir (¡sugerir!)que Dios podría (¡podría!) no existir, ¿es un ataque a sus convicciones? Por consiguiente, ¿los ateos debemos estar siempre callados y no decir lo que pensamos, por temor a ofender a El HIpócrita o a sus secuaces?
Por supuesto, si a nosotros nos ofende que alguien afirme (¡afirme!) que Dios existe, a él le importa tres cojones, puesto que ellos sí pueden gozar de libertad de expresión (hey, incluidos los autobuses: ahora que llega primavera empezarán las peregrinaciones a Lourdes). Eso por no hablar de si a nosotros nos ofende tener que aguantar la presencia asfixiante de parafernalia católica en decenas de lugares y eventos de la vida pública. Que si queremos vacaciones va a ser con procesión de por medio.

Esto es el juzgado de Isla Cristina, Huelva, en julio de 2008. Lo que se ve por la ventana es, en efecto, una carroza de la Virgen del Santo Prepucio o no sé qué otra divinidad católica. Pa cagalse.

Pero en fin, El HIpócrita ya ha demostrado en infinidad de ocasiones que es capaz de pasarse por el forro sus propios (y presuntos) principios éticos, exigiendo respeto para su su secta mientras promovía el odio contra cualquier otro colectivo que no se ajustara a su retorcida moral. En un día como hoy, sólo hay una cosa que me joda de ser ateo: no creer en un infierno en el que se vaya a pudrir como merece semejante engendro.

6 comentarios:

Miguel dijo...

Me encanta la conclusión final XD

Iván dijo...

[aplausos]Plas plas plas plas[/aplausos]

Monseñor tiene héticos los principios.

Pipilota dijo...

Ahí arriba un señor diciendo cosas muy bien dichas...

... Aquí La Clá ;)




Pd: esta clá no se compra con entradas gratuitas ni otros bonos o abonos. Esta clá se obtiene mediante excelentes exposiciones. Ante ellas, siempre tiene las palmas batientes dispuestas e incluso los resortes de ponerse en pie y decir ¡Bravo! bien engrasados.

Letty Castillo dijo...

confesare algo: solo visite tu blog pa decirte algo sobre las pizzerolas...
son unas frituras MUY famosas, sabian muy bien y por razones desconocidas Sabritas las sacó del mercado (bueno, de echo las "movio de lugar") y ya nada volvio a ser como antes... hasta este momento :D
es que estas cosas Retro nos super encantaan!!! es recordar nuestros dias de kinder... era todo TAN genial jejeje
sale, cuidese :D

ÓsQar dijo...

Gracias, Letty. Ahora solo me falta saber qué entendéis en México por "fritura" :-)

Para el que no sepa de qué va esta movida, viene del twitter de adelortega y lo explica todo aquí.

lentejas dijo...

Me quito el sombrero...