18 noviembre 2006

Educar ciudadanos

Parece que por una vez me voy a adelantar a Manuel Rico y a Guillermo Pérez en la denuncia de la estupidez supina de alguno de los que se cree que le hace un favor a la sociedad diciendo chorradas.
Lamentablemente, escuché la frase ayer en la radio al ir a casa tras salir de trabajar, y por más que he buscado hoy en la fonoteca de la Cadena Ser, no he podido encontrarla; así que la transcribiré de memoria:

"Nosotros lo que pedimos es que la asignatura de Educación para la Ciudadanía no sea obligatoria, y que no toque el tema del matrimonio gay, porque no corresponde al Gobierno la educación moral de los jóvenes. A partir de ahí ya podemos negociar".

La frase en cuestión la pronunciaba un representante de la Conferencia Episcopal pero me temo que no recuerdo quién. De hecho, al hilo de esto lo único que he encontrado es esta noticia.
Al margen de quién lo haya dicho, o de la exactitud de mi memoria, lo que me parece penoso es que estemos así a estas alturas de nuestra historia democrática.
En primer lugar, ¿qué tiene que negociar el Gobierno con la Iglesia respecto de este asunto? Bastante humillante fue ver cómo la Iglesia sigue teniendo un régimen fiscal privilegiado, o como la asignatura de religión sigue en las aulas (aunque por suerte, con menor influencia). Vamos, que no entiendo para qué tiene que inmiscuirse a la Iglesia Católica en la decisión del Ministerio de Cultura de incluir una asignatura que pretende inculcar en los jóvenes valores democráticos y éticos, que buena falta les harán en el futuro.
Pero claro, la Iglesia, excepto cuando se trata de salvaguardar sus dineros, siempre busca la confrontación con el Gobierno socialista, y, en este caso, quiere venganza por la supuesta marginación que va a sufrir la asignatura de religión con la LOE.
El caballo de batalla está, como vemos, en el hecho que se anunció en su día de que la nueva asignatura iba a hacer hincapié en los distintos modelos de familia que existen en la sociedad española, y que se alejan radicalmente del modelo desfasado e inamovible que propugna el catolicismo integrista.
Por otra parte, estoy parcialmente de acuerdo con este individuo, en que no corresponde al Gobierno decidir la educación moral de los alumnos. Ahora bien, tampoco corresponde a la Iglesia Católica arrogarse el monopolio de la educación moral, máxime cuando la "moral" católica choca frontalmente con los valores democráticos y constitucionales de millones de españoles.
La educación moral, como complemento a la educación ética (parte fundamental de la asignatura de ciudadanía), debería recaer en los padres, que se podrían apoyar, de quererlo o necesitarlo, en otras instituciones ajenas a la Administración. Es decir, quien quiera inculcar moral católica a sus hijos, que acuda a su parroquia a dar catequesis; quien desee moral islámica, que se busque un imam; y los pastafarianistas ya nos inventaremos algo. En cualquier caso, el Estado no tiene por qué seguir subvencionando una actividad totalmente opuesta al principio de laicidad propuesto por la Constitución, por muchos millones de católicos que existan en España.
En fin, veremos en qué queda todo esto, y si el Gobierno se sigue bajando los pantalones frente a la Iglesia. Como no se pongan firmes de una vez, acabarán pidiendo que se enseñe Creacionismo en los colegios, como en Polonia. Y si no, al tiempo.

Actualizando a 19nov: Le das una patada a una piedra y te salen más bocazas. Yo creo que a la CE lo que más le preocupa es que en la asignatura en cuestión se les enseñe a los chavales que la pederastia es un delito, y claro, a más de un cura se le acabaría el truco para soportar el celibato.

3 comentarios:

KlingonCome dijo...

Completamente de acuerdo con tu reflexión. Parece que el gobierno está algo acojonadillo con la Iglesia últimamente...

Felipe.G dijo...

De soberbia peca la Iglesia al atribuirse en exclusiva la capacidad para decirnos a los ciudadanos y al gobierno qué está bien y qué está mal. De soberbia vuelve a pecar al decirle al gobierno que no tiene competencias en la ˝educación moral˝. ¿Acaso esas competencias son exclusivamente suyas?

Saludos.

Small Blue Thing dijo...

Jo, qué "hallazgo"...

Desde mi punto de vista, creo que la asignatura de Educación para la Ciudadanía es un error. No un error de este gobierno, sino un error de nuestra sociedad, que clasifica las asignaturas.

La escuela debería tener como prioridad educar para la ciudadanía, y si necesitamos una asignatura para ello, es que ni los docentes, ni los padres, ni Cristo que lo fundó está preparado para convivir.