Bueno, ¿qué pasa? Cada uno usa el sistema numérico que prefiere.
Gracias por el tirón de orejas, pueden pasar a por su ración de tarta en los comentarios.
27 noviembre 2007
20 añitos
Perpetrado por ÓsQar a las 7:38 a. m. 5 comentarios
Etiquetas: La vida en los Campos Salacus
11 noviembre 2007
El otro Kim Philby
Kim Philby (1912-1988), miembro de la inteligencia británica, pasó a la historia como uno de los mayores traidores a su país, tras salir a la luz sus actividades como agente doble al servicio de la Unión Soviética, y conocerse la magnitud de la información con la que se habían hecho los comunistas gracias a él.
La vida de Philby, sobre la que se han escrito decenas de libros (entre ellos, sus propias memorias y las de su penúltima esposa), está salpicada de puntos turbios o, directamente, opacos. Uno de ellos sucedió en diciembre de 1937, durante sus actividades en la Guerra Civil Española: un obús impactó sobre el coche en el que viajaba con otras tres personas, las cuales fallecieron en el acto, mientras que él apenas sufrió unos rasguños. Irónicamente, Franco le concedió una medalla al mérito por este motivo, dado que Philby actuaba bajo una tapadera profascista. Además, los testigos del ataque aseguran que Philby llevaba en aquellos momentos una indumentaria chocante, como una prenda ajada de mujer; sin embargo, el mismo Philby menciona en sus memorias que llevaba puesta una chaqueta de piel de zorro que un príncipe árabe le había regalado a su padre, Harry St. John Philby, un famoso arabista, precursor del mismísimo T.E. Lawrence.A partir de la milagrosa supervivencia de Philby al atentado del 37, producido casualmente el día de su cumpleaños, Tim Powers urde una elaborada trama en la que espionaje, mitología y esoterismo se funden en una sorprendente historia desarrollada a lo largo de las más de 500 páginas de Declara, galardonada con los premios World Fantasy Award e International Horror Guild Award en 2001.
La novela narra la implicación de Andrew Hale, agente de la ultrasecreta agencia británica SOE, en los entresijos de la Operación Declara. Tres son los escenarios en los que se desarrollan los hechos: el París ocupado por los nazis en 1941, donde Hale vive su primera tapadera como presunto agente ruso; la frontera turco-soviética poco después de la Guerra, en 1948, momento en que el final previsto de la Operación se transforma en desastre; y varios lugares de Oriente Medio, en 1963, cuando finalmente Hale es capaz de culminar con éxito la misión para la que, literalmente, estaba predestinado.
Powers demuestra un control absoluto de los tiempos a través de vertiginosos, pero perfectamente sincronizados saltos entre los escenarios de la historia. Aunque el ritmo pueda ser a veces excesivamente lento por la profusión de detalles históricos, el resultado es una historia arrolladora y absorbente, profundamente desasosegante en ocasiones (lovecraftiana me atrevería a decir), y deliciosamente impactante en su conjunto.
No nos equivoquemos: Declara no es uno de esos bodrios superventas de los que pergeñan Dan Brown u otros de su calaña, ya que nunca pretende reescribir la Historia a la luz de la Gran Conspiración Ocultista, sino que se muestra como lo que es, una novela de pura ficción (¿fantasía histórica?) que no trata de convencer al lector de nada.
En este contexto, Powers introduce en el libro una importante carga mitológica obtenida en su mayor parte de la propia mitología islamo-judeo-cristiana: yinnis, el Arca de Noé, el monte Ararat, Salomón/Suleyman, etc. El cómo se entremezcla esta mitología con las peripecias de Hale o la biografía de Philby, es algo que hay que descubrir a lo largo de la novela.
Impresiona también el altísimo nivel al que ha llegado Powers al documentarse para escribir Declara. En la novela se describen con detalle varias áreas de Berlín, París, Madrid, Beirut, Londres, Moscú, Kuwait... todas ellas en el contexto histórico correspondiente (de hecho, aquí he descubierto que el Paseo de la Castellana se llamó Gran Avenida de la Libertad durante los años 30). Sin embargo, hay un par de detalles que me han chirriado un poco: el primero es el personaje femenino por el que Hale y Philby acaban disputando. Se trata de una española, reclutada por el KGB a los 12 años(!) y que se acaba pasando a las filas del SDECE francés tras ser duramente interrogada en la Lubianka. Lo que me choca de ella es su poco común nombre (Elena Teresa) y su aún más improbable apellido (Ceniza-Bendiga)... baste decir que en el INE no consta nadie apellidado así. El otro nombre del que tengo queja es el de un supuesto "ángel guardián de la Unión Soviética", nombrado a lo largo del libro como Machija Nash ("Nuestra Madrastra"). El error estriba en que Machija es una palabra femenina en ruso, por lo que el adjetivo debe concordar con ella: Machija Nasha (o, aún mejor, Nasha Máchija, para conservar la sintaxis y la fonética).
En cuanto a la traducción de Albert Solé para Gigamesh, con gran experiencia en el mundillo de la Ciencia-Ficción y la Fantasía, tengo que decir que me resulta lo bastante coherente para no desear haber leído el original, aunque hay algún detalle menor susceptible de mejora, como el hecho de llamar djinns a los genios de la novela, en lugar de adaptar la grafía a la fonética española usando en su lugar yinn.
En resumen, Declara es una magnífica novela capaz de enganchar tanto a los aficionados del espionaje como a los fanáticos del horror-ficción. Tremendamente documentada, arrastra al lector en una monumental trama que doblega a los personajes hasta fundirlos con los hechos históricos reales. Una magnífica elección para leer en casita, con la música baja y a media luz. Animaos.
La novela narra la implicación de Andrew Hale, agente de la ultrasecreta agencia británica SOE, en los entresijos de la Operación Declara. Tres son los escenarios en los que se desarrollan los hechos: el París ocupado por los nazis en 1941, donde Hale vive su primera tapadera como presunto agente ruso; la frontera turco-soviética poco después de la Guerra, en 1948, momento en que el final previsto de la Operación se transforma en desastre; y varios lugares de Oriente Medio, en 1963, cuando finalmente Hale es capaz de culminar con éxito la misión para la que, literalmente, estaba predestinado.
Powers demuestra un control absoluto de los tiempos a través de vertiginosos, pero perfectamente sincronizados saltos entre los escenarios de la historia. Aunque el ritmo pueda ser a veces excesivamente lento por la profusión de detalles históricos, el resultado es una historia arrolladora y absorbente, profundamente desasosegante en ocasiones (lovecraftiana me atrevería a decir), y deliciosamente impactante en su conjunto.
No nos equivoquemos: Declara no es uno de esos bodrios superventas de los que pergeñan Dan Brown u otros de su calaña, ya que nunca pretende reescribir la Historia a la luz de la Gran Conspiración Ocultista, sino que se muestra como lo que es, una novela de pura ficción (¿fantasía histórica?) que no trata de convencer al lector de nada.
En este contexto, Powers introduce en el libro una importante carga mitológica obtenida en su mayor parte de la propia mitología islamo-judeo-cristiana: yinnis, el Arca de Noé, el monte Ararat, Salomón/Suleyman, etc. El cómo se entremezcla esta mitología con las peripecias de Hale o la biografía de Philby, es algo que hay que descubrir a lo largo de la novela.
Impresiona también el altísimo nivel al que ha llegado Powers al documentarse para escribir Declara. En la novela se describen con detalle varias áreas de Berlín, París, Madrid, Beirut, Londres, Moscú, Kuwait... todas ellas en el contexto histórico correspondiente (de hecho, aquí he descubierto que el Paseo de la Castellana se llamó Gran Avenida de la Libertad durante los años 30). Sin embargo, hay un par de detalles que me han chirriado un poco: el primero es el personaje femenino por el que Hale y Philby acaban disputando. Se trata de una española, reclutada por el KGB a los 12 años(!) y que se acaba pasando a las filas del SDECE francés tras ser duramente interrogada en la Lubianka. Lo que me choca de ella es su poco común nombre (Elena Teresa) y su aún más improbable apellido (Ceniza-Bendiga)... baste decir que en el INE no consta nadie apellidado así. El otro nombre del que tengo queja es el de un supuesto "ángel guardián de la Unión Soviética", nombrado a lo largo del libro como Machija Nash ("Nuestra Madrastra"). El error estriba en que Machija es una palabra femenina en ruso, por lo que el adjetivo debe concordar con ella: Machija Nasha (o, aún mejor, Nasha Máchija, para conservar la sintaxis y la fonética).
En cuanto a la traducción de Albert Solé para Gigamesh, con gran experiencia en el mundillo de la Ciencia-Ficción y la Fantasía, tengo que decir que me resulta lo bastante coherente para no desear haber leído el original, aunque hay algún detalle menor susceptible de mejora, como el hecho de llamar djinns a los genios de la novela, en lugar de adaptar la grafía a la fonética española usando en su lugar yinn.
En resumen, Declara es una magnífica novela capaz de enganchar tanto a los aficionados del espionaje como a los fanáticos del horror-ficción. Tremendamente documentada, arrastra al lector en una monumental trama que doblega a los personajes hasta fundirlos con los hechos históricos reales. Una magnífica elección para leer en casita, con la música baja y a media luz. Animaos.
Perpetrado por ÓsQar a las 10:26 a. m. 2 comentarios
Etiquetas: La biblioteca de Tesh
07 noviembre 2007
Google y la Historia
Y yo que pensaba que Google se iba a atrever a poner hoy esta imagen:
Debe ser que ya tienen bastante con la censura en China, como para aguantar también censura de los Estates...
Perpetrado por ÓsQar a las 12:02 p. m. 0 comentarios
Etiquetas: Cosas de xenianos, El Caucus
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