14 abril 2010

Yo apoyo a Garzón

He de reconocer que desde hace muchos años siento bastante simpatía por el juez Baltasar Garzón. El motivo obvio es que en mi familia se le tiene mucho cariño: sus padres son primos de mi abuelo y mi madre jugaba con él de pequeña por las calles de Torres, el diminuto y vertical pueblo de Sierra Mágina en el que se crió.


Pero consideraciones personales aparte, es un hombre digno de admirar, de una valentía encomiable. No se puede negar que la lucha contra ETA no estaría en el punto que está si no fuera gracias a sus actuaciones. No se puede negar que la Justicia Internacional tiene otra imagen desde que él trató de juzgar las dictaduras chilena y argentina. No se puede negar que la Historia de España no sería lo mismo sin él. Todo ello le ha acarreado ganarse un buen montón de enemigos y, por supuesto, a la situación en la que se encuentra ahora.

Sinceramente, no sé lo suficiente de leyes como para saber si cometió alguna irregularidad al iniciar el proceso contra el Franquismo. No creo que lo hiciera cuando al menos otros dos jueces de la Audiencia Nacional avalaron su competencia. Pero aunque así fuera, las irregularidades justificarían un expediente, una suspensión, pero ¿un juicio por prevaricación desde el Tribunal Supremo? Un juicio que además surge a instancias de la admisión de una querella de dos grupos que representan a la más repugnante ultraderecha que sigue campando por España: una de las nosécuántas Falanges y el supuesto "sindicato" Manos Limpias. Y no digo que la querella de esta gente debiera ser archivada por ser quienes son (eso sería un ad hominem), sino porque obviamente son parte interesada en un hipotético juicio contra el Franquismo.

Así pues, me uno a las voces que ayer se alzaron en el acto de la Universidad Complutense y que consideran una auténtica patada al Estado de Derecho juzgar al único juez que ha tenido los cojones de perseguir (siguiendo la doctrina internacional) los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Dictadura. En un día como hoy, en el que conmemoramos el 79º aniversario de la proclamación de la II República Española, muchos consideramos que es el momento de abolir la penosa Ley de Amnistía Punto Final de 1977 y de enfrentarnos de verdad con nuestro pasado, sin rencor y sin vergüenza.

Porque investigar el Franquismo no es delito, YO APOYO A GARZÓN.