08 mayo 2009

La brújula que no existía y la paradoja de Newcomb

внимание, spoilers!

Ayer, gracias a una de esas casualidades de la vida que lo hacen todo mucho más interesante, justo después de terminar de ver el último episodio emitido de Lost, me puse a leer un artículo (primera parte, segunda parte) en el que se trataba de explicar el problema de Newcomb. No es mi intención tratar de explicarlo aquí, ni hablar de las disquisiciones filosóficas que se pueden extraer de ella; qu
ien esté interesado, que se lea los enlaces, pero ya adelanto que ninguno de ellos es especialmente instructivo. Lo que me llamó la atención fue una de las paradojas que se pueden extraer de la formulación fuerte del problema. Tal y como se cuenta en la segunda parte del artículo:

Por ejemplo, imagina que puedes viajar libremente en el tiempo. Viajas hacia un futuro lejano, y mientras exploras la Tierra del futuro encuentras las ruinas de una ciudad. En las ruinas descubres una estatua muy hermosa: tan hermosa que decides llevártela a casa. Vuelves hacia el pasado, y pones la estatua en el salón de tu casa. Con el paso de los años, mucho después de tu muerte, hay una guerra y la ciudad queda en ruinas. Muchos siglos después, un explorador en el tiempo descubre la estatua… ese explorador eres tú, y te la llevas de vuelta a casa. ¿de dónde diablos ha salido la estatua? ¿quién la ha creado?
Curiosamente, algo muy similar ocurre en la quinta temporada de Lost, y ya le estuve dando vueltas desde que apareció esta historia la primera vez. El asunto es el siguiente: en el primer capítulo ('Because you left') en un momento dado John Locke (no el filósofo) aparece (tras un salto en el tiempo) en mitad de la selva, en algún momento del año 2007, herido de bala. Al momento se pasa por allí Richard Alpert, con un botiquín en la mano para curarle. John le pregunta, obviamente, que de dónde coño ha salido y por qué sabe que está herido. Richard le responde que es el mismo Locke el que le ha dicho que lo haga. Locke flipa en colores y Richard le viene a decir que un Locke del futuro (en el futuro del Locke que está herido, el presente para Richard) es el que le ha dado las instrucciones. Tras cierto diálogo que no viene al caso, Richard le da a Locke una brújula y le dice: "La próxima vez que nos veamos, no te voy a reconocer. Tienes que darme esto".

Poco después Locke vuelve a saltar en el tiempo (involuntariamente) y termina la escena.
Dos episodios después, en 'Jughead', Locke acaba llegando al año 1954, donde se encuentra de nuevo con Richard quien, efectivamente, no le reconoce (más bien es que, por aquel entonces, Richard no había visto nunca a Locke. De hecho Locke ni siquiera había nacido). El caso es que, entre otras cosas, Locke le da la brújula a Richard.

Ya os imagináis por dónde van los tiros, ¿no?
El caso es que en el decimoquinto episodio, el de este jueves ('Follow the leader'), se cierra el círculo. Locke, tras ciertas vicisitudes verdaderamente vicisitúdicas, ha regresado al año 2007 y se vuelve a encontrar con Richard. Le pregunta que si conserva la brújula que le dio en 1954 y Richard le dice que sí, aunque un poco oxidada. Poco después lleva a Richard hasta el lugar donde se va a encontrar con el Locke herido y le da las instrucciones y el botiquín para hacer lo que tiene que hacer.

Círculo cerrado.¿O no?
Pues no, y aquí entramos en la paradoja que mencionaba al principio: la brújula realmente no existe. Nadie la ha fabricado y nunca se destruirá; sin embargo, la brújula tiene existencia (en la serie) en el marco 1954-2007. Y es más, si Richard dice en 2007 que la brújula se ha oxidado, entonces Richard la recibirá en 1954 ya oxidada, y se oxidará aún más entre 1954 y 2007, momento en que Locke volverá a hacer el traspaso, así que seguirá oxidándose infinitamente... vamos, que en cualquier momento entre 1954 y 2007, la brújula debería estar hecha unos zorros.
Pero vamos, que no sé por qué me meto yo en estos jardines, como si lo de Lost tuviera alguna probabilidad de acabar de forma coherente en la próxima (y última) temporada...

[Capturas de vídeo obtenidas de los episodios de Lost emitidos en EEUU por ABC. El gráfico es un churro hecho en Pogüerpoin]

3 comentarios:

KlingonCome dijo...

Joer, con razón cada vez que me he puesto a ver un episodio de ésta serie no consigo entender un carajo!

Solo se me ocurre la explicación de realidades paralelas solapándose entre sí. O guionistas con el norte perdido (nunca mejor dicho) en busca del siguiente tour de force que logre mantener el interés entre la hinchada.

Pero la verdad es que el tema es fascinante, no solo desde el punto de vista de la sci-fi, sino desde una perspectiva lógica.

Juanje Ruiz dijo...

Había llegado a la misma conclusión, y espero que los guionistas den una solución creible a esta paradoja.

Ahora la gran duda que tengo es ¿De quien era la brújula?, es decir si Locke se la da al Richard de 1954 y este la tiene durante 50 años para luego dársela durante un par de horas al Locke que se desplaza por el tiempo, que a su vez se lo vuelve a dar a Richard. En mi opinión o es un fallo de guión (me extraña), o la brújula no era el objeto que tenía que elegir el Locke niño.

Salu2.

Anónimo dijo...

15 años mas tarde, revisionando Lost llego aquí, tiene gracia. De esa quinta temporada guardo muy buen recuerdo, pues me gusta mucho ese concepto de viaje temporal que maneja de "lo que paso, pasó", de que las cosas sucedidas no se pueden modificar, todo lo que hagas será lo que siempre sucedió. Todo encaja bien hasta que se produce esta paradoja de la brújula.

Habría un modo de evitarla si cuando el Locke de 2007 (en realidad el falso Locke pero no viene al caso) le pregunta a Richard si conserva la brujula que le dio en 1954, este hubiese respondido: "en realidad no, puesto que en algún momento posterior la perdí, pero me compré otra idéntica, y sí, la llevo encima". A lo que Locke podría respondele: "De puta madre, porque me acojonaba que aun conservaras la misma, ahora siendo dos brújulas distintas, cada una con su propio momento de creación puedes entregársela a Locke y decirle que la próxima vez que os veáis (1954) te la devuelva porque aún no le conocerás. El objetivo de esta interacción se mantiene y evitamos la paradoja que se daría con la brújula única ".