10 julio 2007

Tres de Pratchett (1)

Si ya de por sí escribo poco en el blog, menos aún escribo sobre libros... hace ya más de un año de la última vez que me puse a la tarea. Y el caso es que leer, leo; no mucho, básicamente en el autobús de casa al curro y de vuelta, pero suficiente para ir acabando lo que se me agolpa en las estanterías, mientras espero a que los Gigamesh se dignen a publicar Festín de Cuervos.
En este tiempo he conseguido mantener la distancia (en mi contra) entre los libros del Mundodisco publicados por Debolsillo y los que he terminado. Como el maestro Pratchett bien merece un hueco en mi blog, voy a dedicar un post a cada una de las novelas que me he leído este año.

Empezamos por Soul Music, que ha conservado el título en español... la traducción con todo lo que implica hubiera sido complicada, pero mayores aberraciones han hecho ya los traductores del Mundodisco. Se trata de la tercera novela de la serie de la Muerte (Tras Mort y El Segador) y, como las anteriores, aborda el enésimo abandono de su oficio. En este caso, toma el relevo su nieta Susan, con la inestimable ayuda de la Muerte de las Ratas y el corcel Binky. Entre tanto, la enésima amenaza contra el orden y la convivencia de la imposible Ankh-Morpork se fragua en la aparición de la música con rocas dentro, amenaza combatida, entre otros, por el cuadro académico de la Universidad Invisible, imprescindibles en toda novela en la que el Mundodisco afronte un cataclismo.
No quiero decir con esto que la novela sea mala o siquiera repetitiva, ya que todo lo relativo a la música en el Disco es un ejercicio satírico colosal, echado a perder por una traducción que lo tenía francamente difícil y, en mi caso, por mi ridículo conocimiento de música la anglosajona de los años 50 a 70.
Así pues, una novela interesante que en español no es, ni mucho menos, la mejor de Pratchett.
Y, para terminar, una recopilación de frases citas imprescindibles...
...sobre el Mundodisco en general:

Es cierto que había un río, según la leyenda, una gota del cual le robaría la memoria a un hombre.
(...)
De hecho, existía otro río que cumplía las condiciones que decía la leyenda. Solo había una pega. Nadie sabía dónde se hallaba ese río, porque cuando lo encuentran siempre están bastante sedientos.

La clase estaba aprendiendo algo sobre una revuelta en la que algunos campesinos habían querido dejar de ser campesinos y, dado que los nobles salieron vencedores, habían dejado de ser campesinos con muchísima rapidez.
...sobre Ankh-Morpork en particular:
¿Y no había una leyenda en Ankh-Morpork sobre un viejo tambor, en el Palacio o en algún otro sitio, que supuestamente se batía por sí mismo cuando una flota enemiga subiera por el río Ankh? La leyenda había ido muriendo durante los últimos siglos, en parte porque estábamos en la Era de la Razón y también porque ninguna flota enemiga podía subir por el Ankh sin que la precediera una cuadrilla de hombres con palas.

Lo llamaban Parque del Abandono no porque lo sufriera más que el resto de la ciudad, sino porque el abandono fue una vez la medida de tierra que podía arar un hombre con tres bueyes y medio durante un jueves lluvioso; el parque tenía exactamente esa cantidad de terreno, y en Ankh-Morpork la gente se aferraba siempre a la tradición y a menudo también a otras cosas.
...sobre los habitantes del Disco en general:
En el hogar de un enano nunca hay cucarachas o ratas ni ninguna clase de alimaña. Al menos, no mientras el propietario todavía sea capaz de empuñar una sartén.

Binky se detuvo delante de una casa grande, un poco apartada del camino. Era una residencia ligeramente pretenciosa provista de muchos más gabletes y parteluces de los que en justicia debiera tener, y aquello daba una pista acerca de sus orígenes: era el tipo de casa que se construye un mercader rico cuando se vuelve respetable y necesita hacer algo con el botín.

-¿Gibbsson?
-¿sí, jefe?
-¿Te acuerdas de todas esas guitarras que hiciste cuando estabas aprendiendo el oficio?
-¿Las que usted dijo que sonaban como un gato yendo al lavabo con el culo cosido, jefe?

(...)Porque lo cierto era que, si bien en cuanto a dimensiones físicas Viejo Apestoso Ron era un hombre encorvado envuelto en un enorme y mugriento gabán, en cuanto al olor llenaba el mundo.
De hecho, Viejo Apestoso Ron era un esquizofrénico físico. Estaba Viejo Apestoso Ron y estaba el olor de Viejo Apestoso Ron, que a lo largo de los años se había ido desarrollando hasta el punto de poseer una personalidad propia. Cualquiera podía tener un olor que perdurase mucho tiempo después de marcharse a otro sitio, pero el olor de Viejo Apestoso Ron podía llegar a un sitio varios minutos antes que él para propagarse y ponerse cómodo antes de que llegara Ron. Su olor había evolucionado hasta convertirse en algo tan impresionante que ya no se percibía con la nariz, que se desconectaba instantáneamente en defensa propia. La gente sabía que Viejo Apestoso Ron se aproximaba por la manera en que se les empezaba a derretir el cerumen de los oídos.
...y sobre los magos de la Universidad Invisible:
El archicanciller se acomodó detrás de su mesa de billar.
Ya hacía mucho tiempo que se había librado del escritorio oficial. Una mesa de billar era infinitamente preferible. Las cosa no se caían por el borde, había unas cuantas troneras muy útiles para guardar dulces y demás, y cuando estaba aburrido siempre podía barrer el papeleo de encima de la mesa y dedicarse a intentar tiros con efecto. Luego nunca se molestaba en volver a dejar el papeleo encima de la mesa. El archicanciller sabía por experiencia que cualquier cosa importante de verdad nunca se llegaba a poner por escrito, porque a esas alturas la gente ya estaba demasiado ocupada gritando.

Las sirvientas habían estado poniendo las mesas para el almuerzo. Generalmente aquello requería algún tiempo. Como los magos se tomaban muy en serio sus comidas y siempre dejaban un desorden considerable tras de sí, las mesas estaban siempre poniéndose, limpiándose u ocupadas. Sólo la preparación de cada cubierto ya ocupaba muchísimo tiempo. Cada mago requería nueve cuchillos, trece tenedores, doce cucharas y un embutidor, aparte de todas la copas para el vino.
Los magos solían llegar con tiempo de sobra par la siguiente comida. De hecho, solían presentarse con la antelación suficiente para volver a servirse de la anterior.

-Aquí dentro hay un montón de ambiente -dijo Ridcully, mirando a su alrededor-. Ah, veo que ya vuelven a tener cerveza negra. Yo tomaré una pinta de Turbot Realmente Rara, por favor.
Los magos contemplaron al archicanciller mientras éste vaciaba parte de la jarra. La cerveza de Ankh-Morpork tiene un sabor muy propio, y eso tiene algo que ver con el agua. Algunas personas dicen que es como el consomé, pero se equivocan. El consomé es más fresco.
Ridcully chasqueó los labios alegremente.
-Ah, en Ankh-Morpork sí que sabemos con qué se hace la buena cerveza -dijo.
Los magos asintieron. Desde luego que lo sabían. Por eso estaban bebiendo ginebra con tónica.

Era aquel al que llamaban Skazz. Parecía pesar cosa de unos cuarenta kilos y lucía el corte de pelo más interesante que Ridcully hubiera visto jamás, ya que consistía en un flequillo largo hasta los hombros que le circundaba toda la cabeza. La punta de su nariz asomando era lo único que le decía al mundo hacia dónde tenía vuelta la cara Skazz. Si alguna vez le saliera un furúnculo en la nuca, la gente pensaría que andaba al revés.

-La verdad es que el universo sí tiene un ritmo -observó Ponder-. Día y noche, luz y oscuridad, vida y muerte...
-Caldo de gallina y picatostes -añadió Ridcully

Modo era por naturaleza un enano satisfecho de la vida, que soportaba con gusto (y cerca del suelo) todos los problemas adicionales de a jardinería en un entorno altamente mágico, como el pulgón, la mosca blanca y las cosas indescriptibles con tentáculos. Mantener el césped en buen estado podía convertirse en un auténtico problema cuando se permitía reptar sobre él a cosas procedentes de otra dimensión.

6 comentarios:

Miguel dijo...

¡¡Terry Pratchett es el puto amo!!

Anónimo dijo...

Terry Pratchett es el mejor, pero yo necesito Festín de cuervos ya (si no sale en un mes, me veré obligado a leerlo en ingles)

Pipilota dijo...

Me has quitado la idea y me alegro :D

Bueno, en realidad no pensaba hacer ninguna crítica del libro que me estuviera leyendo de Prachett en sí, si no sacar las citas que me resultasen más divertidas... y con "Brujas de viaje" la verdad es que tendría para rato. hmmm tal vez lo haga algún día :º

PD: me lo he pasado bomba degustando tu selección XD graciasgracias.


PD: odio la verificación de palabras... o tengo que volver al oculista... o algo v_v

ÓsQar dijo...

Yo lo que hago, y llámame friki, es ir apuntando en el bloc de notas del móvil los números de página donde están las citas que van gustando, y luego en casa, con el PC, las copio (a mano o con copy/paste si tengo la versión electrónica).

Pipilota dijo...

yo soy más apeldaria, me apunto las parrafadas enteras en el primer trocito de papel que tengo a mano lo meto en el libro en cuestión y luego........... termino perdiendo los papelitos
:-(

Pero algún día lo lograré :D

david dijo...

Dios. Llamadme lo que queráis pero a mí este libro me pareció infumable, lo abandoné a medias y definitivamente no pienso buscar dónde lo metí para terminarlo.