08 junio 2006

Pánico

Hace ya unos días que no escribo nada, pero hoy, dando un repasito al blog de Escolar y siguiendo un link, he llegado a esta espeluznante imagen:


Joder qué mal rollo: sólo de pensar que este individuo le pudiera poner una mano encima a mi hija, se me han puesto los pelos de punta. Sobre todo teniendo en cuenta cómo las gasta últimamente la alta jerarquía católica.
Recuerdo un día que paseando por la calle, pasamos al lado de unas monjas, y cuando una le acarició la cabeza (que esa es otra, qué puta manía tiene la gente de manosear a los niños ajenos) a mí me dieron ganas de ir corriendo a casa a lavarle el pelo... Vamos, que si la toca Rouco, la pongo en remojo el día entero.

3 comentarios:

Pipilota dijo...

Pobre Paula... quieran los entresijos de la vida que nunca sea bendecida por el Moneseseñor Rouco... Un día entero en remojo. Qué exajerao por dios si con una buena friega local es bastante.Ü

Pero si. A más de un alto miembro eclesiastico había que castrarlo para que dejará de tener problemas con el voto de castidad... y si nos paramos a pensar en el de pobreza o humildad, creo que estos, ni uno de los altos cargos los cumplen.
Cuanta hipocresía se respira disimulada con el incienso.

ÓsQar dijo...

La mejor solución para esa enfermedad llamada "voto de castidad" sería que les dejaran casarse.

Pipilota dijo...

No tengo muy claro que la cura de la pederastia eclesiástica sea el casamiento, pero desde luego puede que paliara algo tanta degeneración mental en este tipo de pisonas.
Ya sabes, a Dios rogando y con el mazo dando (uy, así visto me resulta hasta ligeramente osceno) ¿a qué secta se refiere mayoritariamente este dicho?
Respeto las creencias religiosas de cada cual, pero es que con la iglesia, no puedo.